La narradora, una pintora hindú, realiza un viaje en tren. En el trayecto reflexiona sobre cómo ilustrar un relato en el que las protagonistas sean mujeres. Para construir el hilo conductor, evoca su infancia a través de las palabras y los dibujos, recuerda a una niña que conoció en su travesía a Chennai y que viajaba sola, reconstruyendo aquel encuentro entre ambas. La pequeña, extremadamente pobre, iba a la ciudad a trabajar. De esta forma, la historia sirve para relatar las penurias que sufren las menores indias que nacen en la pobreza, cómo se ven obligadas a trabajar como esclavas y son maltratadas, para ellas no existe la libertad. Al llegar al destino, la narradora descubre a otra niña que vende fruta con un carrito y se alegra por ella; porque aunque sea pobre, es libre. Estamos ante un álbum bellísimamente ilustrado, con una técnica tradicional hindú de una enorme fuerza expresiva. La historia que se narra es emotiva y se fusiona de forma perfecta con los dibujos. El mensaje del libro será mejor captado por lectores mayores de 10 años aunque es para todas las edades. Destacamos su originalidad (es un tipo de ilustración diferente a lo que estamos acostumbrados) y fuerza expresiva.

La narradora, una pintora hindú, realiza un viaje en tren. En el trayecto reflexiona sobre cómo ilustrar un relato en el que las protagonistas sean mujeres. Para construir el hilo conductor, evoca su infancia a través de las palabras y los dibujos, recuerda a una niña que conoció en su travesía a Chennai y que viajaba sola, reconstruyendo aquel encuentro entre ambas. La pequeña, extremadamente pobre, iba a la ciudad a trabajar. De esta forma, la historia sirve para relatar las penurias que sufren las menores... Seguir leyendo