Una divertida historia de superhéroes y supervillanos en la que la línea entre el Bien y el Mal resulta difusa. El Dúo Pavor es la pareja de villanos más temida de la tierra. Su última fechoría es amenazar con inundarla si el gobierno no accede a sus peticiones. Un autobús escolar ve interrumpida su ruta porque se topa con el maléfico Dúo dando una rueda de prensa. Entre los niños está Lucas, el hijo de una maestra y de un inventor que no son otros que…El Dúo Pavor. Para Lucas es normal cambiarse de casa cada poco tiempo, convivir con los zombis que su madre esconde en el sótano o con las plantas con las que experimenta, charlar en la cena sobre los enfrentamientos de sus padres con el televisivo Capitán Justicia, o que su padre trabaje en el enésimo invento. Lo que no le parecerá tan normal es descubrir que posee un superpoder y que no es el único de su clase que tiene un secreto que guardar.
Una divertida historia de superhéroes y supervillanos en la que la línea entre el Bien y el Mal resulta difusa. El Dúo Pavor es la pareja de villanos más temida de la tierra. Su última fechoría es amenazar con inundarla si el gobierno no accede a sus peticiones. Un autobús escolar ve interrumpida su ruta porque se topa con el maléfico Dúo dando una rueda de prensa. Entre los niños está Lucas, el hijo de una maestra y de un inventor que no son otros que…El Dúo... Seguir leyendo
La alucinante vida ¿normal? de Lucas D.
Nuestra clase salió temprano de la sexta hora el día en que mis padres intentaron inundar la tierra. El parte meteorológico predecía grandes huracanes, tornados, tormentas eléctricas, tifones, monzones, avalanchas de barro y lluvia torrenciales.
-Pedimos a todos los alumnos que salgan ordenadamente- resonó la voz del director Sloane por el altavoz-. Por favor, no corran ni empujen ni formen alboroto al salir. Fuera hay autobuses esperando.
Mis padres nunca llegaron a decirme que planeaban inundar el mundo, pero a lo largo de las anteriores semanas habían dejado caer bastantes pistas. Papá se había pasado cada minuto libre en el patio trasero jugueteando con su nueva máquina, el Alterador Climático. Y aquella mañana, al salir yo hacia la escuela, mamá me había guiñado el ojo con picardía.