El autor muestra la maravillosa y colorida llegada de la primavera a un bosque, a través de un grupo de animales amigos que empiezan a disfrutarla con optimismo. Pero con ella también llega el amor incomprendido de Erick, el erizo, que gracias a los consejos de su amigo el conejo Martín, ha de convertirse en un hidalgo reconocido, en busca de un peligroso combate para conseguir la fama y así poder conquistar a su hermosa dama.
Haciendo un homenaje a las hazañas de Don Quijote y Sancho, Meschenmoser llena de humor y aventuras estas páginas, donde los dos inseparables amigos vivirán un inesperado y divertido desenlace.
El autor muestra la maravillosa y colorida llegada de la primavera a un bosque, a través de un grupo de animales amigos que empiezan a disfrutarla con optimismo. Pero con ella también llega el amor incomprendido de Erick, el erizo, que gracias a los consejos de su amigo el conejo Martín, ha de convertirse en un hidalgo reconocido, en busca de un peligroso combate para conseguir la fama y así poder conquistar a su hermosa dama.
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Martín y la llegada de la primavera
Un buen día, al despertar, Martín notó que a su alrededor todo había cambiado. El mundo estaba lleno de color, de nuevos aromas, de un nuevo ritmo.
“¿Qué estará pasando?”, se preguntó.
- ¡Llegó la primavera! – exclamó Bruno-. Es tiempo de tirarse al sol, de correr por el bosque, de comer y comer…
Erick, sin embargo, no tenía hambre no ganas de tirarse al sol y mucho menos de correr. Y es que le había ocurrido algo: muy temprano, cuando paseaba por el estanque… se enamoró de una dama de increíble hermosura.