Érase una vez una vez un gigante al que se le había dormido el corazón... pero tuvo la inmensa suerte de que alguien se lo despertara. Historia moralizante de reminiscencias alegóricas con la que Wilde recuerda a niños y grandes que sólo la generosidad, la pureza de espíritu y la alegría de compartir producen verdadero fruto, pues, paradójicamente, nadie es tan pobre como el que tiene demasiado para sí. Nuestro gigante, al comprobar cómo la primavera es dadivosa regalando una vegetación exuberante y una temperatura agradable para disfrutar de la vida en compañía de los otros, se sentirá conmovido y descubrirá una realidad donde nunca es invierno. Ekaré nos trae este clásico de la literatura británica acompañado de hermosas ilustraciones.
Érase una vez una vez un gigante al que se le había dormido el corazón... pero tuvo la inmensa suerte de que alguien se lo despertara. Historia moralizante de reminiscencias alegóricas con la que Wilde recuerda a niños y grandes que sólo la generosidad, la pureza de espíritu y la alegría de compartir producen verdadero fruto, pues, paradójicamente, nadie es tan pobre como el que tiene demasiado para sí. Nuestro gigante, al comprobar cómo la primavera es dadivosa regalando una vegetación exuberante y una... Seguir leyendo
El Gigante Egoísta
Todas las tardes, al regresar de la escuela, los niños iban a jugar al jardín del Gigante.
Era un jardín grande, hermoso, de hierba suave y verde. Esparcidas sobre la hierba había bellas flores como estrellas y doce melocotoneros que, al llegar la primavera, florecían con delicados pétalos de color rosa y perla, y en otoño se cargaban de ricas frutas. Los pájaros cantaban tan dulcemente que a veces los niños paraban de jugar para escucharlos.
Un día, el gigante regresó.