Otto es un niño ya algo crecido a quien siempre ha acompañado la certeza de su singularidad; desconoce sus orígenes, pero su nacimiento vino acompañado de una nevada que se ha convertido en perpetua y ha hecho creer a sus familiares y amigos que viven presos de una suerte de encantamiento. A lo largo del texto, y a la par que acompañamos al protagonista en su despertar a la pubertad, asistiremos al desentrañamiento del enigma y comprobaremos que, en ocasiones, la verdadera magia está entre nosotros, no en suprarrealidades que nos resulta difícil comprender. Curioso relato que combina de forma atractiva la cotidianidad de un niño con el elemento mitológico ligado a su filiación; el misterio que envuelve la historia mantiene la tensión y, si bien el desenlace resulta algo previsible, merece la pena adentrarse en la historia, bien narrada por su joven autora. Para leer arrebujado en una manta.
Otto es un niño ya algo crecido a quien siempre ha acompañado la certeza de su singularidad; desconoce sus orígenes, pero su nacimiento vino acompañado de una nevada que se ha convertido en perpetua y ha hecho creer a sus familiares y amigos que viven presos de una suerte de encantamiento. A lo largo del texto, y a la par que acompañamos al protagonista en su despertar a la pubertad, asistiremos al desentrañamiento del enigma y comprobaremos que, en ocasiones, la verdadera magia está entre nosotros, no en... Seguir leyendo
Otto, el niño que llegó con la nieve
Ocurrió un 29 de marzo, muy temprano, cuando Helena Altacima dio a luz a un varón blanco como la nieve, casi transparente, al que llamó Otto. Fue entonces cuando el cielo se cerró y las nubes se posaron en Imer, tapando por completo el valle. Pequeños copos de nieve empezaron a caer, sorprendiendo al pueblo entero, que ya estaba preparado para el deshielo y la llegada de la primavera.
Más arriba que el vuelo de un águila, en el pico más elevado de las altas cumbres que rodeaban el valle, unos ojos grises miraban con gran destello hacia Imer, y unas manos largas y frías dejaron caer una pequeña semilla blanca, como si fuera un grano de arroz...