Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas
Alicia en el País de las Maravillas (Londres, 1865) constituye un soplo de aire fresco cuando se bucea en el repertorio de la gran literatura europea decimonónica, pues pocos textos de su tiempo están imbuidos de un impulso lúdico y un ánimo jocoso de la forma en que sucede con la obra de Carroll, delicioso divertimento donde la imaginación y la reflexión se imbrican de forma sugerente hasta conseguir que, lo que no es otra cosa que una interesante reflexión sobre el tiempo, el sinsentido y las posibilidades del azar, se erija en desopilante novela de aventuras y accidentado viaje iniciático de una niña juguetona y ansiosa de abandonar su rutinaria existencia. El largo sueño de Alicia compendia la necesidad de evasión, de juego, de alegría de vivir y la infinita curiosidad que acompaña a esa versión mejorada de los adultos que son los niños. Punzante humor inglés, encuentros inesperados, meriendas alocadas y "frabullosos" acertijos, todo eso y mucho más para quien se interne en las páginas de este clásico imperecedero.
Alicia en el País de las Maravillas (Londres, 1865) constituye un soplo de aire fresco cuando se bucea en el repertorio de la gran literatura europea decimonónica, pues pocos textos de su tiempo están imbuidos de un impulso lúdico y un ánimo jocoso de la forma en que sucede con la obra de Carroll, delicioso divertimento donde la imaginación y la reflexión se imbrican de forma sugerente hasta conseguir que, lo que no es otra cosa que una interesante reflexión sobre el tiempo, el sinsentido y las... Seguir leyendo
Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas
Capítulo uno. El descenso por la madriguera
Alicia empezaba a cansarse de estar sentada en la orilla junto a su hermana, sin nada que hacer. Una o dos veces se había asomado al libro que leía su hermana, pero no tenía dibujos ni diálogos, "¿y para qué sirve un libro -pensó Alicia- sin dibujos ni diálogos?".
Y estaba considerando (como podía, porque el calor de aquel día hacía que se sintiera adormecida y estúpida) si el placer de realizar una cadena de margaritas merecía la molestia de levantarse a recoger las flores, cuando, de pronto, se le acercó corriendo un Conejo Blanco de ojos rosados.
No había nada de extraordinario en eso, ni a Alicia le pareció nada raro oír al Conejo diciéndose a sí mismo: "¡Oh, cielos! ¡Oh, cielos! ¡Qué tarde!" (al pensarlo más tarde, se dio cuenta de que debió haberse sorprendido, pero, en aquel momento, le pareció de lo más natural); no obstante, cuando el conejo se sacó un reloj del bolsillo del chaleco, lo miró y apuró el paso, Alicia se levantó de un salto porque de pronto le pasó por la mente que jamás había visto a un conejo con chaleco, ni sacando un reloj de su interior. Ardiendo de curiosidad, corrió tras el conejo por el campo y, por fortuna, llegó a tiempo de ver cómo se colaba por una enorme madriguera que había debajo de un seto...
Título: |
Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas |
Autor: |
Lewis Carroll |
Ilustrador: |
Robert Ingpen |
Traducción: |
Rosa María Borrás Montané |
Editorial: |
Blume |
|
Barcelona, 2010 España |
Págs: |
192 |
Soporte: |
Papel |
ISBN: |
978-84-9801-416-7 |
Seleccionado por: |
Fundación Germán Sánchez Ruipérez |
Edad recomendada:
De 12 a 14 años |
Este libro trata de:
Mundos fantásticos, Alicia (Personaje de ficción : Carroll, Lewis), Imaginación, Absurdo, Tiempo, Viajes iniciáticos, Adivinanzas, Lenguaje, Juegos lingüísticos, Personajes fantásticos, Humor negro, Lógica, Sueño, Enigmas, Ingenio, Juicios |
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