Suele pasar que a cada momento nos sentimos presos de sentimientos que nos convierten en animales imaginarios. Tal vez no lo habíamos pensado pero las relaciones personales nos transforman en toros, ciervos, pájaros, pingüinos… A la vez que nuestro corazón descubre la desesperación, angustia, preocupación, el miedo, las dudas… La voz protagonista pasa por diferentes estados, representados en ilustraciones de gran belleza, tamizadas de dulzura y esperanza, en donde solo hay una parada común: la tensa y vigilante espera.
Suele pasar que a cada momento nos sentimos presos de sentimientos que nos convierten en animales imaginarios. Tal vez no lo habíamos pensado pero las relaciones personales nos transforman en toros, ciervos, pájaros, pingüinos… A la vez que nuestro corazón descubre la desesperación, angustia, preocupación, el miedo, las dudas… La voz protagonista pasa por diferentes estados, representados en ilustraciones de gran belleza, tamizadas de dulzura y esperanza, en donde solo hay una parada común: la tensa y vigilante... Seguir leyendo
La espera
Había decidido esperarla eternamente.
Había esperado tanto que ya me daba lo mismo si regresaba o no.
Solo me importaba aquella sensación en la que me había convertido en maestro, aquel profundo estado de ilusión que me había trastornado la vida.
El deseo del posible retorno era tan intenso que me daba miedo.
Miedo de la llegada del día en que no pudiera soportarlo más.
Miedo de la impaciencia, de creer que nunca más la volvería a ver.