La revisión en formato bande dessinée (álbumes de historietas en Francia y Bélgica) de las aventuras del, posiblemente, más famoso archivillano de la literatura francesa recupera la esencia original del personaje. El ADN gráfico que los autores han sido capaces de imprimir en su apabullante adaptación en viñetas impresiona por las excelentes combinaciones cromáticas, la original y afilada definición de los personajes o el curioso diseño de bocadillos, muy acordes al estilismo general de la obra.
Las sádicas andanzas del temido bandido sirven como pretexto para sumergir al lector en el ambiente parisino de comienzos del siglo XX y presentar a otros célebres personajes contemporáneos del malhechor, al igual que ocurría en el primer volumen de la oscura trilogía. En esta ocasión, la trama detectivesca intenta desenmascarar de nuevo a Fantomas para impedir más asesinatos y detener los sistemáticos robos de oro que se producen en el patrimonio cultural de la ciudad, ideados con brillantez. Una historia no exenta de humor y pasiones lujuriosas, que mantiene la excelencia e invita al lector a seguir pasando miedo en próximas fechas. Muy interesante homenaje final con apuntes gráficos sobre la construcción de personajes y las antiguas adaptaciones cinematográficas.
La revisión en formato bande dessinée (álbumes de historietas en Francia y Bélgica) de las aventuras del, posiblemente, más famoso archivillano de la literatura francesa recupera la esencia original del personaje. El ADN gráfico que los autores han sido capaces de imprimir en su apabullante adaptación en viñetas impresiona por las excelentes combinaciones cromáticas, la original y afilada definición de los personajes o el curioso diseño de bocadillos, muy acordes al estilismo general de la obra.
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La cólera de Fantomas 2
- ¡Diantres!
- ¡Se han vuelto a escapar!
- Bueno, bueno... No le hacen daño a nadie... Si les gusta hacer guardia ante los restos de Napoleón...
- Además, ¿qué puede pasarles?
- ¡Poc! ¡Poc! ¡Poc!
- Mi subteniente, ¿ha oído eso?
- Eh... Nada. ¡Voy a buscar al comandante!
- ¿Eh?
- ¡Escuchen!
- ¡Soldados! El descanso del emperador depende de nosotros.
- ¿Eh?
- ¡Al intruso!