Juego peligroso
A mi padre le daría algo si supiera que juego con ella, pero no puedo evitarlo. Y no le hago daño a nadie.
Las balas están al otro lado de la habitación, en el cajón de los calcetines. La pistola está junto a la cama, donde los condones.
Me gusta tenerla en mi mano.
Todo se vuelve más intenso, no sé por qué.