Karen está emocionada porque asistirá a la fiesta de su amigo Ulises. Ya casi es la hora y se sienta a la orilla de un pozo a esperar que den las ocho. Karen resbala y cae. En el fondo es recibida por un extraño señor quien le comunica que debe permanecer en ese sitio por siete días, y le indica que cada día lúgubres objetos inanimados le contarán un cuento. Karen es presa del miedo y sufre pensando en lo que estarán sintiendo sus padres ante su desaparición. Sus intentos de escape son fútiles. Relato ilustrado con interesantes intertextualidades que remiten a cuentos populares. Contiene elementos de terror que mantienen el interés del lector a lo largo de todas sus páginas.
Karen está emocionada porque asistirá a la fiesta de su amigo Ulises. Ya casi es la hora y se sienta a la orilla de un pozo a esperar que den las ocho. Karen resbala y cae. En el fondo es recibida por un extraño señor quien le comunica que debe permanecer en ese sitio por siete días, y le indica que cada día lúgubres objetos inanimados le contarán un cuento. Karen es presa del miedo y sufre pensando en lo que estarán sintiendo sus padres ante su desaparición. Sus intentos de escape son... Seguir leyendo
La más densa tiniebla
Cuando Karen subió al automóvil decidió que todo tenía que ser perfecto. Naturalmente, pensaba en Ulises, el chico que había conocido en las vacaciones anteriores, pero también (o, mejor dicho, sobre todo) en su propia apariencia. Tenía pensado asistir a la fiesta de cumpleaños con el mejor vestido (había ahorrado para él por casi un año), el mejor maquillaje (su prima Luisa, de quince, le había enseñado cómo hacerlo) y los mejores zapatos (se los había obsequiado su tía Carmela, la más rica de la familia). Nada podía salir mal. Todo tenía que ser perfecto.
–¿Estás lista? –Le preguntó su papá cuando la vio acomodarse en el asiento trasero