Pedro va a un colegio que tiene un árbol muy fino en el patio. Nadie repara en él. Gracias al cariño que le da la planta crece, se hace frondosa y permite el juego y disfrute de otros niños. Asombrados, unos botánicos estudian el caso y concluyen que es de una especie única. Al salirle una semilla los pequeños se reúnen en asamblea y deciden darla a un colegio que no tenga árboles. Cuando se planta, surge un nuevo árbol (también muy delgado) y... Una historia circular donde autor e ilustrador han conseguido, de forma sencilla y tierna, que el lector sienta la naturaleza como algo vivo que hay que cuidar entre todos. Urberuaga busca nuestra complicidad con imágenes que ofrecen múltiples detalles, como el gato que, sin ser protagonista, está presente en todas las páginas.
Pedro va a un colegio que tiene un árbol muy fino en el patio. Nadie repara en él. Gracias al cariño que le da la planta crece, se hace frondosa y permite el juego y disfrute de otros niños. Asombrados, unos botánicos estudian el caso y concluyen que es de una especie única. Al salirle una semilla los pequeños se reúnen en asamblea y deciden darla a un colegio que no tenga árboles. Cuando se planta, surge un nuevo árbol (también muy delgado) y... Una historia circular donde autor e... Seguir leyendo
El árbol de la escuela
En el patio de la escuela había un árbol.
Solo uno.
A Pedro le gustaba correr cerca de aquel árbol durante los recreos. Cuando pasaba a su lado lo miraba de reojo para no chocar con él.
Un día se detuvo y se fijó en su aspecto.
Era delgaducho, con ramas finas, como de alambre,
y tenía unas pocas hojas secas.
Pedro se acercó y acarició su tronco.
De repente, al árbol le brotó una hoja nueva