El autor propone un recorrido por la historia de la escritura, desde los símbolos hallados en las paredes de las cavernas hasta la actualidad. Esa apasionante evolución histórica se fusiona con la fantasía, un recurso bien hilado que atraerá a los lectores juveniles. La obra se centra especialmente en un escenario, Córdoba, cuando la ciudad andaluza era epicentro de la cultura mundial. La trama, construida con riqueza de léxico y bien urdida, combina las digresiones y reflexiones en torno a la enorme biblioteca de Al Hakam II, un espacio del que destaca su ejército de trabajadores al servicio de la lectura, constituyendo una elegante y atractiva historia para los jóvenes lectores más curiosos. En sus páginas tenemos la oportunidad de conocer a personajes tan interesantes como Maryam, encargada de organizar esa legión de amantes de las letras, figura respetada y alma mater del funcionamiento y la distribución del saber; el calígrafo Muhammad ibn Abi Amir o Abul Anbas, un vendedor ambulante que transporta entre sus mercaderías un libro "diferente" que alberga codiciosos secretos y desencadena una lucha inusitada entre los miembros de la sociedad. Un doble homenaje para el que Álamo reserva un broche final que entronca con la actualidad a través de una extraña comunicación procedente de otro tiempo...
El autor propone un recorrido por la historia de la escritura, desde los símbolos hallados en las paredes de las cavernas hasta la actualidad. Esa apasionante evolución histórica se fusiona con la fantasía, un recurso bien hilado que atraerá a los lectores juveniles. La obra se centra especialmente en un escenario, Córdoba, cuando la ciudad andaluza era epicentro de la cultura mundial. La trama, construida con riqueza de léxico y bien urdida, combina las digresiones y reflexiones en torno a la enorme biblioteca de Al Hakam II, un espacio... Seguir leyendo
Más allá del mar de las Tinieblas
Nuestra historia comienza cuando una mujer dibuja en la roca de una gruta la silueta de su mano, y con ello le dice al mundo: "Este es mi hogar", y luego pone tantos puntos rojos como personas viven en su cueva, y luego tantas rayas como animales le pertenecen. Y después, para distinguir unos animales de otros, añade a las rayas orejas puntiagudas, colas larguísimas o retorcidas cornamentas.