Impactado por la visión de M, el vampiro de Düsseldorf en su infancia, el autor tejió un divertimento poético inspirado en la figura del chupasangres para alegrar la convalecencia de un hermano. Medio siglo después recupera aquellos versos, un monólogo teatral representable, a los que suma una completa galería de divertidos y noctámbulos compañeros, retratados en poemas juguetones que ahondan en los tópicos de este personaje fantástico y que revela nuevas profesiones adscritas a la existencia de los espectros. Bomberos, maestras, vigilantes nocturnos, peluqueros, científicos… De todo hay en el amplio catálogo de seguidores de Drácula, compuesto en tono lírico pero salpicado de sarcasmo y mucho humor.
Impactado por la visión de M, el vampiro de Düsseldorf en su infancia, el autor tejió un divertimento poético inspirado en la figura del chupasangres para alegrar la convalecencia de un hermano. Medio siglo después recupera aquellos versos, un monólogo teatral representable, a los que suma una completa galería de divertidos y noctámbulos compañeros, retratados en poemas juguetones que ahondan en los tópicos de este personaje fantástico y que revela nuevas profesiones adscritas a la... Seguir leyendo
Vampiros poéticos
El vampiro Colibrí
chupa néctar de las flores:
rosas de pitiminí,
margaritas de colores
y algún que otro alhelí.
Como quiere ser modelo
se viste con parsimonia
lleva una flor en el pelo,
y utiliza de colonia
un perfume de pomelo.