Lembcke desliza suavemente su pluma para escribir, sin brusquedades, con un gran equilibrio, esta novela de crecimiento, de búsqueda de la propia identidad, de aceptación de la lucha interior entre el bien y el mal. Los acontecimientos fluyen con ligereza, como si quisieran pasar inadvertidos, al ritmo del pausado crecimiento biológico de la protagonista. Leena va desnudando ante el lector sus miedos, sus anhelos, sus frustraciones, y es especialmente cuidadosa para evitar que sus sentimientos se desborden. Una novela juvenil confeccionada con esmero que permitirá a muchos adolescentes identificarse con una protagonista rebosante de naturalidad y verismo.
Lembcke desliza suavemente su pluma para escribir, sin brusquedades, con un gran equilibrio, esta novela de crecimiento, de búsqueda de la propia identidad, de aceptación de la lucha interior entre el bien y el mal. Los acontecimientos fluyen con ligereza, como si quisieran pasar inadvertidos, al ritmo del pausado crecimiento biológico de la protagonista. Leena va desnudando ante el lector sus miedos, sus anhelos, sus frustraciones, y es especialmente cuidadosa para evitar que sus sentimientos se desborden. Una novela juvenil confeccionada con esmero que... Seguir leyendo
Tiempo de secretos
Era la única casa violeta en la calle. Quizá incluso la única casa violeta en toda la ciudad. Madre quería una casa roja: «Rojo oscuro como las grosellas maduras». «Y yo quiero una casa azul», dijo padre. «Azul grisáceo como los arándanos». «¡Verde como los pepinos!», exclamó Matti. «No necesitamos precisamente comernos la casa», dijo abuela seca. Indicó que el amarillo era el color más bonito para una casa de madera.