Boris es un niño peculiar. Cuando sus padres lo encontraron junto a la ciénaga descubrieron sus branquias y unos enormes ojos, muy distintos a los de otros chavales de su edad. Al crecer, tarde o temprano estaba claro que tendría lugar una conversación. Demasiadas preguntas sin respuesta y la necesidad de reencontrarse con los orígenes le llevaron de nuevo al húmedo ecosistema del que brotó. Pero el poder de los sentimientos siempre es mayor que cualquier otra opción. Un personaje burtoniano, retratado con belleza en las nostálgicas ilustraciones del artista italiano Marco Somà, concebidas en tonos ocres y diseñadas con lápices y procedimientos digitales, que cautiva desde los primeros lances y plantea algunas reflexiones sobre el respeto a los demás, el amor incondicional y las relaciones familiares. Este poético relato fue reconocido en la edición 2017 del Sharjah Children's Reading Festival.
Boris es un niño peculiar. Cuando sus padres lo encontraron junto a la ciénaga descubrieron sus branquias y unos enormes ojos, muy distintos a los de otros chavales de su edad. Al crecer, tarde o temprano estaba claro que tendría lugar una conversación. Demasiadas preguntas sin respuesta y la necesidad de reencontrarse con los orígenes le llevaron de nuevo al húmedo ecosistema del que brotó. Pero el poder de los sentimientos siempre es mayor que cualquier otra opción. Un personaje burtoniano, retratado con belleza en las... Seguir leyendo
La llamada de la ciénaga
Cuando sus padres lo encontraron, no tenían hijos y habían perdido la esperanza de tenerlos.
Los médicos habían sido claros: "Vosotros no tendréis hijos", habían dicho.
Así, cuando encontraron un bebé en la orilla de la ciénaga, les pareció un regalo caído del cielo, y no hicieron demasiado caso al hecho de que tuviera branquias como un pez.