Una fantasía “ecológica”, como subtitula la autora esta historia, diferente y original que narra las aventuras  y desventuras de una soñadora que debe enfrentarse a un mundo que no es como imaginaba. Su visión de todo aquello que nos rodea ayuda , al mismo tiempo, a tomar conciencia sobre la degradación que está sufriendo la naturaleza como consecuencia de las acciones de los humanos. Ella vive aislada en lo alto de la montaña, en un microuniverso armónico, aunque carente del calor de la amistad, y con una peculiaridad física cuya repentina desaparición provoca el inicio de una aventura. Al despertar sin ese elemento diferenciador decide emprender su búsqueda más allá de las fronteras habituales. 
La historia, muy bien escrita, posee varios niveles de lectura, y destaca especialmente su mirada optimista, la apuesta por la imaginación sin límites así como la certera capa de crítica social que cubre, de forma velada, gran parte de la trama. Los personajes (brujos buenos, niños peculiares, cíclopes...); deambulan por un mundo tierno y divertido, y seducirán a los lectores con su carisma y magnetismo. Interesante propuesta alternativa, con algunas reminiscencias de algunos clásicos infantiles del cine de los ochenta, para lectores de nueve años en adelante, ilustrada con dulzura por María González en tonos negros y amarillos.

Una fantasía “ecológica”, como subtitula la autora esta historia, diferente y original que narra las aventuras  y desventuras de una soñadora que debe enfrentarse a un mundo que no es como imaginaba. Su visión de todo aquello que nos rodea ayuda , al mismo tiempo, a tomar conciencia sobre la degradación que está sufriendo la naturaleza como consecuencia de las acciones de los humanos. Ella vive aislada en lo alto de la montaña, en un microuniverso armónico, aunque carente del calor de la... Seguir leyendo