La colección Pequeños Grandes Retos sigue ampliándose con dos nuevos títulos que ayudan a los niños a superar los retos propios de cada etapa del crecimiento. Estructurados con la fórmula utilizada en anteriores entregas, incluye sencillas historias rimadas en las que se alternan tipografías y letras hiladas, junto a una sección con abundantes consejos e ideas para padres, madres y educadores. Muy útiles para reforzar las pautas básicas orientadas a cumplir con los objetivos básicos de cada edad. En el caso de ¡No quiero ir al cole!, se analiza ese periodo de rebeldía en el que se resisten a acudir a clase temiendo no estar preparados para ello o sienten miedo a la separación de sus padres durante un largo periodo de tiempo. Las dudas pueden disiparse contando la verdad y descubriendo la experiencia de quienes ya pasaron por ello hace poco o muchísimo tiempo. Simultáneamente, la editorial ha lanzado ¡Odio las normas!, en donde los autores hacen frente a la fase de frustración que muchas veces afrontan los más pequeños de la casa al descubrir que no pueden hacer todo lo que les gustaría en cualquier momento. Ideas y recursos compartidos de gran utilidad, aliñados siempre con la cándida mirada de Elisa Paganelli, que aporta una colección de ilustraciones sencillas pero con la poética precisa para acompañar cada relato.
La colección Pequeños Grandes Retos sigue ampliándose con dos nuevos títulos que ayudan a los niños a superar los retos propios de cada etapa del crecimiento. Estructurados con la fórmula utilizada en anteriores entregas, incluye sencillas historias rimadas en las que se alternan tipografías y letras hiladas, junto a una sección con abundantes consejos e ideas para padres, madres y educadores. Muy útiles para reforzar las pautas básicas orientadas a cumplir con los objetivos básicos de cada... Seguir leyendo
¡No quiero ir al cole!
Crecer, para un niño, significa meter en su mochila emocional pequeñas conquistas cotidianas. Tras la primera infancia, donde cada necesidad era satisfecha incluso antes de convertirse en pensamiento, entre los 3 y los 6 años el niño descubre que es capaz de hacer muchas cosas por sí mismo y experimenta la percepción de sus logros.