Victoria Álvarez sorprende a sus seguidores con un giro en su trayectoria al abordar tramas y escenarios alejados del género en el que había triunfado hasta la fecha. La trama de Silverville nos traslada al siglo XIX, en pleno oeste americano, presentando todos los arquetipos del far west, un acertado homenaje al realismo que tan bien supieron exportar al mundo entero autores como Owen Wister, Bret Harte o incluso los célebres Mark Twain, J. F. Cooper y Washington Irving. En esta villa imaginaria, de ambiente tenso y puritano, conviven dos mujeres: una forastera recién llegada, Grace Mallory, y la joven Ruby Lawrence, heredera de parte de la industria minera Mallory & Sullivan. La irrupción de Grace en esta conservadora sociedad es la chispa que enciende la mecha de una comunidad a punto de explotar, basada en extrañas relaciones personales en las que siempre planea la sombra de la venganza por un asesinato cometido tiempo atrás. Fiel a su exquisito estilo, Álvarez construye una galería de personajes muy bien trabajados, con características y formaciones diferentes que chocan entre sí, en escenarios ambientados con sutileza, fruto de una exigente documentación previa. En la historia, tremendamente adictiva, subyacen otros temas como la lucha por la igualdad de la mujer, los problemas sociales o el manifiesto racismo que sufrieron los indios norteamericanos durante largo tiempo. Fantástico cambio de tercio para la autora de los, ya clásicos, Hojas de Dedalera, Las Eternas o la trilogía Dreaming Spires

Victoria Álvarez sorprende a sus seguidores con un giro en su trayectoria al abordar tramas y escenarios alejados del género en el que había triunfado hasta la fecha. La trama de Silverville nos traslada al siglo XIX, en pleno oeste americano, presentando todos los arquetipos del far west, un acertado homenaje al realismo que tan bien supieron exportar al mundo entero autores como Owen Wister, Bret Harte o incluso los célebres Mark Twain, J. F. Cooper y Washington Irving. En esta villa imaginaria, de ambiente tenso y puritano, conviven dos... Seguir leyendo