“A quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Leo descubre que la señora Tejón es la mejor compañía posible para su travesía hacia la montaña. A ratos poeta, por momentos filósofa, siempre un aval para disfrutar cada pequeño secreto que nos confía la naturaleza (incluidas las mejores vistas del valle). Sus consejos ayudan a afrontar con garantías no solo el camino, también los diversos lances de la vida. A causa de su edad, poco a poco presenta más limitaciones pero, inteligentemente, sabe confiar en el pequeño la luz y las verdades necesarias para superar todos los obstáculos y miedos. Un bellísimo cuento que nos recuerda la importancia de respetar y escuchar atentamente a nuestros mayores y nos hace conscientes del legado que debemos cuidar y seguir inculcando a nuestros descendientes. Con su lectura disfrutarán tanto pequeños como mayores. El relato está cimentado en unas ilustraciones basadas en conceptos gráficos y estilísticos cercanos a la “escuela” de la línea clara, cediendo todo el protagonismo a los variados escenarios que conducen a la cima y a los protagonistas, animales humanizados inalterables en su expresión, que van estableciendo contacto a lo largo del trayecto.
“A quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Leo descubre que la señora Tejón es la mejor compañía posible para su travesía hacia la montaña. A ratos poeta, por momentos filósofa, siempre un aval para disfrutar cada pequeño secreto que nos confía la naturaleza (incluidas las mejores vistas del valle). Sus consejos ayudan a afrontar con garantías no solo el camino, también los diversos lances de la vida. A causa de su edad, poco a poco presenta más limitaciones pero,... Seguir leyendo
El camino de la montaña
La señora Tejón es muy mayor.
Ha visto muchas cosas.a
Algunas están en su cocina.
Trozo de loza
Piedra muy suave
Arena de playa
Nido de pinzón abandonado
Su casa se encuentra al pie de una pequeña montaña.