La historia de Pablo y Marta, contada a través de códigos, formatos y mensajes que los jóvenes conocen muy bien, sigue una estructura alterna en la que los protagonistas desvelan sus sentimientos y vivencias en capítulos cortos y adictivos gracias a la chispeante prosa de Begoña Oro. Nos adentramos en una espiral de emociones, sentimientos que no dejan indiferente a ningún lector y que combinan pasajes de honda tristeza con otros divertidos y optimistas, como suele ser la narrativa de esta autora zaragozana imprescindible en el campo de la LIJ. Marta vive una dura situación familiar: tanto su madre como su abuelo están enfermos de cáncer. Conocer con mayor profundidad a Pablo, un compañero de clase, supondrá una vía de escape para ella, aunque también un elemento de conflicto pues al principio tienen pocos puntos de conexión y sienten que pertenecen a "mundos" muy distintos. Poco a poco, el chico irá comprendiendo el difícil papel que le toca interpretar a la joven y comenzarán a aflorar los sentimientos. La trama también tiene un enfoque divulgativo y reflexiona sobre una de las enfermedades más temidas de nuestro tiempo con especial atención al impacto que genera su diagnóstico en el entorno más cercano. Y lo hace enfocando sus síntomas y consecuencias sin tapujos, con la brillante aportación de Alberto Jiménez, científico que dirige el grupo de Oncología Molecular del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón y que ha sido discípulo de Mariano Barbacid. La novela está trufada también de otras originales ideas vinculadas a la forma de ser de los protagonistas, como el denominado Manual desordenado de comunicación para tímidos en 52 lecciones. Fue escogida como la mejor obra de narrativa juvenil en la edición XXXIV de los premios Jaén, organizados por CajaGranada Fundación.
La historia de Pablo y Marta, contada a través de códigos, formatos y mensajes que los jóvenes conocen muy bien, sigue una estructura alterna en la que los protagonistas desvelan sus sentimientos y vivencias en capítulos cortos y adictivos gracias a la chispeante prosa de Begoña Oro. Nos adentramos en una espiral de emociones, sentimientos que no dejan indiferente a ningún lector y que combinan pasajes de honda tristeza con otros divertidos y optimistas, como suele ser Seguir leyendo
Tú tan cáncer y yo tan virgo
Nunca digas «Mi vida es una mierda» a un desconocido.
Yo lo hice.
—Mi vida es una mierda —dije apoyado en la pared del local.
A mi lado estaba la chica de la peca.
Sabía:
1. Que se llamaba Marta.
2. Que sus abuelos eran de los del pueblo «de toda la vida». Los Garbanzo, los llamaban.
3. Que tenía los mismos años que yo.
4. Que era amiga de Lucía.