La autora se sumerge en el universo adolescente a través de la historia de dos jóvenes que se ven obligados a ayudar a otro compañero de instituto tras un lamentable incidente. Esta línea argumental va poblandose de nuevas ramificaciones entre las que destaca el descubrimiento de una red que se dedica a la comercialización fraudulenta de anabolizantes en los gimnasios, temática inédita o apenas frecuentada en la LIJ y que el protagonista intuye por casualidad al hacerse cargo de Pelusa, la gata del accidentado, mientras este guarda reposo.

Intriga y mucho humor en pequeñas dósis que convierten esta sorprendente novela en una apuesta fresca y divertida para cualquier momento del año. A lo largo de la historia, a pesar de su corta extensión, también hay lugar para esbozar una curiosa aventura amorosa y  conocer un poco más de cerca las dinámicas y relaciones que se establecen en el marco de un gimnasio frecuentado por chicos y chicas de ese sector de edad. La escritora barcelonesa, que sabe dotar de gran viveza y jovialidad a la trama, había publicado con anterioridad Los días del Toyota y Vicente y el misterio del escritor informal, novela con la que quedó finalista del Premio Gran Angular en 2008.

La autora se sumerge en el universo adolescente a través de la historia de dos jóvenes que se ven obligados a ayudar a otro compañero de instituto tras un lamentable incidente. Esta línea argumental va poblandose de nuevas ramificaciones entre las que destaca el descubrimiento de una red que se dedica a la comercialización fraudulenta de anabolizantes en los gimnasios, temática inédita o apenas frecuentada en la LIJ y que el protagonista intuye por casualidad al hacerse cargo de Pelusa, la gata del... Seguir leyendo

Operación Pelusa

Quedaban solo algunos días para las vacaciones de Semana Santa y yo tenía un problema.

Tenía un problema y solo quince años, que es una edad muy mala para resolver los problemas tal como a mí me habria gustado resolver ese, que era diciendo simplemente "no" y que eso hubiera servido para algo.

Resumiendo mucho, la cosa consistía en que mi madre habia dicho que ya "me merecía tener por fin unas vacaciones como Dios manda".