Cuando Eva se topó con la ardilla, iba pensando -como todos los niños hemos hecho alguna vez-, en todas las cosas que le gustaría ser de mayor. Casi sin darse cuenta terminaron en un callejón sin salida. Al fondo del mismo una placa desconcertante: Multiversidad a medida. Entrada libre y salida gratuita. Es el punto de acceso a un ecosistema paralelo en el que un sonriente anciano, Ray, en compañía de una reproducción de Pinocho, guiarán a la protagonista en su camino de dudas e incertidumbres, propio de ese tránsito entre la infancia y la adolescencia. Aunque asustada al principio, confiará en el nuevo guía que traza un recorrido propiciando más dudas que certezas sobre el verdadero mundo en el que vive y las cosas que nos cuentan sobre él, También hay tiempo para descubrir algunos nombres fundamentales en la historia de la humanidad, un proceso de aprendizaje en el que encontramos reminiscencias a Alicia en el País de las Maravillas y a otras historias clásicas, que sirven como base al autor para configurar una particular guía para navegar por el XXI con la curiosidad y el diálogo como bandera. El relato, que rebosa originalidad, obtuvo el emblemático Premio Barco de Vapor en su última edición
Cuando Eva se topó con la ardilla, iba pensando -como todos los niños hemos hecho alguna vez-, en todas las cosas que le gustaría ser de mayor. Casi sin darse cuenta terminaron en un callejón sin salida. Al fondo del mismo una placa desconcertante: Multiversidad a medida. Entrada libre y salida gratuita. Es el punto de acceso a un ecosistema paralelo en el que un sonriente anciano, Ray, en compañía de una reproducción de Pinocho, guiarán a la protagonista en su camino de dudas e... Seguir leyendo
¿Quién quieres ser?
Eva no tenía claro lo que quería ser de mayor. Y no porque no se le ocurriera ninguna posibilidad interesante,
sino porque se le ocurrían muchas. De noche, cuando
el cielo estaba cuajado de estrellas, quería ser astrónoma
o astronauta; pero por la mañana temprano, mientras
aún se acordaba de las increíbles aventuras que había
vivido en sueños, quería ser escritora de novelas fantásticas.
Cuando paseaba por el parque que había cerca de
su casa y veía a las ardillas saltando de rama en rama,
quería ser, según el día, bióloga o veterinaria. Y cuando
iba a la playa soñaba con dedicarse a la arqueología
y explorar las profundidades marinas. A no ser que estuviera escuchando música, en cuyo caso quería ser cantante y bailarina.