Compleja y llena de matices, original e imperturbable al paso del tiempo, esta obra para leer a cualquier edad ha sido analizada en profundidad por prestigiosos filósofos, filólogos y especialistas de todo cuño. Volver a acompañar a la pequeña Alice Liddell en sus aventuras, jalonadas de encuentros con personajes maravillosos (una baraja de naipes con vida propia, un gato excéntrico y pensador, un conejo blanco obsesionado con el tiempo...); que simbolizan los pensamientos que el autor tenía sobre las ideas más importantes a las que el ser humano le viene dando vueltas a lo largo de la historia: el tiempo, la soledad, la locura, la muerte... y la vida; tiene ahora nuevos incentivos gracias al excepcional trabajo gráfico de uno de los grandes artistas británicos contemporáneos, Chris Riddell (nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico en 2019) El  escritor y dibujante aporta una deliciosa colección de ilustraciones en blanco y negro y color en la que combina técnicas tradicionales (esbozo a plumilla) con retoque digital. En palabras del propio Riddell, que también firma una introducción en la que comparte sus recuerdos personales sobre la lectura del “libro infantil más emblemático de todos los tiempos”, las tareas de diseño gráfico han sido “abrumadoras y estimulantes”, teniendo en cuenta que se considera ilustrador gracias a la admiración e inspiración que le produjeron aquellas inolvidables viñetas que John Tenniel dibujó para Carroll en la primera edición de la obra. Ese amor por el original se traduce en una nueva y exquisita versión, editada con elegancia por Edelvives, en la que nos adentramos en el País de las Maravillas desde el mapa inicial para no soltar la mano de Alicia hasta despertar de este mágico sueño sin que nos demos cuenta del paso de casi 300 páginas.

Compleja y llena de matices, original e imperturbable al paso del tiempo, esta obra para leer a cualquier edad ha sido analizada en profundidad por prestigiosos filósofos, filólogos y especialistas de todo cuño. Volver a acompañar a la pequeña Alice Liddell en sus aventuras, jalonadas de encuentros con personajes maravillosos (una baraja de naipes con vida propia, un gato excéntrico y pensador, un conejo blanco obsesionado con el tiempo...); que simbolizan los pensamientos que el autor tenía sobre las ideas... Seguir leyendo