Wanda, la brujita, es una apasionada aprendiz que debe lidiar, sin embargo, con un importante hándicap a la hora de alcanzar la formación adecuada en el arte de la hechicería. Su timidez le impide articular palabras con la frecuencia y vehemencia necesarias para desempeñar este rol con garantías. Pero una mañana, en la escuela de la señora Telaraña, hinchó el pecho, decidida, y dio un paso adelante…Ese mismo día, la llegada de una nueva alumna, Flo, permite descubrir que existen personas con las que, para comunicarse, no es preciso siquiera abrir la boca. Esta es la historia de sus complicidades, ideas y trucos compartidos que germinarán en un espectáculo inolvidable con motivo del concurso de magia. Al hilo de sus entrañables ilustraciones, protagonizadas por expresivos personajes infantiles y una pequeña nómina de animales invitados, surgidos entre sortilegio y sortilegio; las autoras comparten ideas para superar la timidez y creer en nosotros mismos, actitudes fundamentales para superar complejos y afianzar amistades inquebrantables. Un álbum que combina la pasión por la magia con la exposición de algunos pequeños problemas que muchos escolares sufren en su vida cotidiana en el aula. Lucy Rowland ya había dibujado muchas sonrisas con anterioridad gracias a la historia de El caballero que dijo ¡NO!

Wanda, la brujita, es una apasionada aprendiz que debe lidiar, sin embargo, con un importante hándicap a la hora de alcanzar la formación adecuada en el arte de la hechicería. Su timidez le impide articular palabras con la frecuencia y vehemencia necesarias para desempeñar este rol con garantías. Pero una mañana, en la escuela de la señora Telaraña, hinchó el pecho, decidida, y dio un paso adelante…Ese mismo día, la llegada de una nueva alumna, Flo, permite descubrir que existen... Seguir leyendo