Cansado de la actitud de sus tíos, encargados de la custodia del pequeño, y del perro, incansable enemigo de los conejos, el hallazgo de un extraño libro verde que permite realizar conjuros transformadores se convierte en una oportunidad única para cambiar la vida del protagonista. El uso de la magia como elemento desconcertador reporta momentos muy divertidos para Jack. Convertido en un venerable anciano, despluma a los mayores jugando a las cartas, da pistas falsas sobre el paradero del desaparecido (jugando con los poderes); escarmienta con los mismos hechizos al can, y se convierte en “dueño y señor” del hogar, retratado en una de las maravillosas ilustraciones a plumilla del genial Maurice Sendak como una casa de muñecas. Un clásico olvidado y desconocido, que permite disfrutar de una colección de imágenes trazadas con la minuciosidad artesana del genio de Brooklyn, y de una de las escasas incursiones en el universo infantil del eminente escritor y erudito británico Robert Graves (autor de, entre otros, Yo, Claudio, y afincado durante largas temporadas en las islas Baleares). La trama fantástica sobre la que gira el argumento esconde ribetes oscuros, casi timburtonianos, que los lectores de hoy saborearán a solas o en la mejor compañía. Por cierto, Jack, en el epílogo, recomienda que utilices siempre el poder de la magia en otros menesteres más provechosos…

Cansado de la actitud de sus tíos, encargados de la custodia del pequeño, y del perro, incansable enemigo de los conejos, el hallazgo de un extraño libro verde que permite realizar conjuros transformadores se convierte en una oportunidad única para cambiar la vida del protagonista. El uso de la magia como elemento desconcertador reporta momentos muy divertidos para Jack. Convertido en un venerable anciano, despluma a los mayores jugando a las cartas, da pistas falsas sobre el paradero del desaparecido (jugando con los... Seguir leyendo