Si creciste cerca de un árbol en el que solías jugar, seguramente recordarás con cariño aquella sombra en verano, el refugio que proporcionaba ante la lluvia, las mil horas de historias compartidas, lecturas, amistades, amores, secretos, confesiones…que viviste entre sus ramas. Momentos inolvidables que, al regresar al punto de partida, afloran aunque la realidad sea ahora bien distinta. David Pintor captura con acierto, mediante ese estilo pictórico único que ha labrado a lo largo de todos estos años, los sentimientos que producen aquellos instantes de infancia y juventud, ligados inexorablemente a personas queridas, invitándonos a dar continuidad al ciclo para que sientan las mismas emociones los que vendrán detrás. Un delicioso ejercicio gráfico que precisa de pocas palabras (es una de las primeras veces que el artista coruñés introduce texto); para despertar la nostalgia, evocar otros tiempos felices y reivindicar la necesaria protección de la naturaleza que nos rodea. En la composición ha empleado las técnicas habituales que le han conferido su sello de identidad propio en el campo del cómic y de la ilustración de obras de literatura infantil y juvenil.
Si creciste cerca de un árbol en el que solías jugar, seguramente recordarás con cariño aquella sombra en verano, el refugio que proporcionaba ante la lluvia, las mil horas de historias compartidas, lecturas, amistades, amores, secretos, confesiones…que viviste entre sus ramas. Momentos inolvidables que, al regresar al punto de partida, afloran aunque la realidad sea ahora bien distinta. David Pintor... Seguir leyendo
Mi árbol secreto
Al lado de mi casa había un árbol muy especial.
Lo plantó mi abuelo hace muchísimo tiempo.
Era mi árbol secreto.
Allí jugaba por las tardes con mi papá.