Cuando Ratoncito se pone terco es difícil conseguir que cambie de opinión. Sin embargo su mamá sabe bien los resortes que debe manipular para modificar la actitud del pequeño. La autora finlandesa permite adentrarnos en la vida cotidiana de esta familia a lo largo de una jornada completa. Sus negativas comienzan en el momento de ir a clase, pero también es reticente a otras muchas cosas, en su mayor parte por desconocimiento, como suele ocurrir a esas edades. Con mucho humor y dulzura estos animales humanizados hacen que los lectores infantiles empaticen con las escenas que se presentan a través de fragmentos del día a día en las que muchos pueden sentirse identificados. Una eficiente historia, elaborada con pluma, tinta, acuarela y gouache, que reafirma algo que casi todos certificamos a medida que nos hacemos adultos: las cosas que dicen las mamás suelen ser siempre las correctas. La serie protagonizada por Ratoncito goza de mucha popularidad en los países del norte de Europa y ahora se publica por primera vez en español.
Cuando Ratoncito se pone terco es difícil conseguir que cambie de opinión. Sin embargo su mamá sabe bien los resortes que debe manipular para modificar la actitud del pequeño. La autora finlandesa permite adentrarnos en la vida cotidiana de esta familia a lo largo de una jornada completa. Sus negativas comienzan en el momento de ir a clase, pero también es reticente a otras muchas cosas, en su mayor parte por desconocimiento, como suele ocurrir a esas edades. Con mucho humor y dulzura estos animales humanizados hacen que... Seguir leyendo
Ratoncito va a la guardería
Ratoncito se despertó por la mañana.
Estaba muy contento.
- Anda, ven a vestirte -dijo su mamá.
- ¡No! -gritó Ratoncito.
- ¡No!
- ¡No!
- ¡No!
- ¡No!
- ¿Te vistes tú solo? -preguntó su mamá.
Ratoncito lo intentó...
...y lo intentó...
...y lo intentó...
Pero no sabía.
Y se enfadó.