Un narrador "alternativo" al oficial se ha propuesto sabotear este libro. Cuando se ensalzan las capacidades de las especies para adaptarse al medio, para imponer su propio hábitat y no desequilibrar las bases de la convivencia animal, o cuando se describen con fidelidad las virtudes y el modo de vida de cada una, nos quiere hacer creer que, en realidad, esos animales analizados son seres "completamente inútiles". Ya sea por su "malignidad", por las enfermedades que pueden transmitir o por sus hábitos, un tanto desagradables ante los ojos de un humano o juzgados sin conocer las verdaderas dinámicas, o simplemente porque no tienen ninguna cualidad que destaque especialmente (vamos a comprobar que todos esconden secretos apasionantes). Se trata de un juego que nos propone el autor para demostrar que estamos aquí (humanos y animales) por casualidad y que hay espacio para todos partiendo de una premisa fundamental: respetar siempre nuestras diferencias. ¡Vive y deja vivir! Además, en el fondo, muchos de los seres que se estudian tienen verdadero encanto... Los retratos tienen rasgos caricaturescos y los apuntes "complementarios" a los oficiales (salpicados de curiosidades) se distinguen por su simulada caligrafía manual. El humor también es un gran aliado a la hora de desterrar tópicos.

Un narrador "alternativo" al oficial se ha propuesto sabotear este libro. Cuando se ensalzan las capacidades de las especies para adaptarse al medio, para imponer su propio hábitat y no desequilibrar las bases de la convivencia animal, o cuando se describen con fidelidad las virtudes y el modo de vida de cada una, nos quiere hacer creer que, en realidad, esos animales analizados son seres "completamente inútiles". Ya sea por su "malignidad", por las enfermedades que pueden transmitir o por sus hábitos, un... Seguir leyendo