EL DEVORADOR DE ILUSIÓN
Tras una breve, intrigante y sanguinaria introducción ambientada tiempo atrás, el narrador (al que conocimos en España gracias a la trilogía El despertar del Zélfiro); realiza dos saltos temporales para situar la acción, primero para asistir a las últimas horas del padre de Rachel, una joven de 16 años que debe asumir esta desgraciada noticia en el hospital; y después, verdadero inicio de la obra, meses más tarde, cuando deposita flores en su tumba y conocemos que la madre ha quedado afectada por esa pérdida con una profunda depresión de la que se recupera en cama. Cuando el tiempo parece estar, muy lentamente, cerrando las viejas heridas, la presencia de un misterioso personaje trastorna la vida cotidiana de la familia. Se trata de Adrien Stern, al que reconocemos en el prólogo citado con anterioridad, y realiza una revelación asombrosa: su madre no está enferma, es víctima de la acción de un ser malvado, El Devorador de Ilusión, que se "alimenta de la alegría presente en sus recuerdos más bellos y solo deja tinieblas y desolación". Tras la lógica desconfianza inicial, Rachel tendrá que aceptar su destino y convertirse en heroína involuntaria en una aventura poblada de sorpresas y giros argumentales que servirá para sumergirnos en las profundidades de la mente humana. Con ecos de diversas obras literarias, cinematográficas e incluso del mundo de los videojuegos (vemos similitudes con aspectos estéticos de famosas franquicias); y un inspirado sesgo metafórico, el cómic alcanza cotas de gran calidad gracias a el inconfundible estilo del autor (de madre española), que regresa de forma brillante y deja la puerta abierta a nuevos casos para el enigmático doctor. La obra fue seleccionada para el Prix de la BD France Bleu. Hace unos años tuvimos la oportunidad de entrevistar al autor con motivo de su paso por Madrid.
Tras una breve, intrigante y sanguinaria introducción ambientada tiempo atrás, el narrador (al que conocimos en España gracias a la trilogía El despertar del Zélfiro); realiza dos saltos temporales para situar la acción, primero para asistir a las últimas horas del padre de Rachel, una joven de 16 años que debe asumir esta desgraciada noticia en el... Seguir leyendo
EL DEVORADOR DE ILUSIÓN
- Héloise. Georges. Lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. - Por el poder que se me ha concedido... - ...yo os declaro marido y mujer. Es el último recuerdo de Héloise... - ¡Va a venir, seguro! - ¿Me oyes, Georges? - ¿Georges? - ¡Adrian! Yo... - ¡Oh, no! ¡Le puede el pánico!
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