Cualquier lector, como Nicoló, puede ser aquello que se proponga. El poder de nuestra imaginación es ilimitado y no debe circunscribirse a un solo espacio. El protagonista cree que es un pez pero, en realidad, también podría ser una araña, un topo... ¡hasta un tractor! La sombra de la encina, y en general el contacto con el medio ambiente, ofrece un lugar óptimo de reflexión para analizar nuestras aspiraciones y deseos, tal y como nos cuenta el poeta David Hernández en esta simpática historia, aderezada con las amables ilustraciones de Laia Albareda, una artista ideal para este proyecto ya que siempre ha confesado tener a la naturaleza como una de sus principales fuentes de inspiración. El relato constituye un sencillo alegato sobre la libertad y la ruptura de estereotipos como valores básicos para crecer con salud y alcanzar la felicidad y serenidad en cada etapa, a través de la metáfora que constituye el personaje conductor del relato y sus interacciones con el resto de habitantes del bosque.
Cualquier lector, como Nicoló, puede ser aquello que se proponga. El poder de nuestra imaginación es ilimitado y no debe circunscribirse a un solo espacio. El protagonista cree que es un pez pero, en realidad, también podría ser una araña, un topo... ¡hasta un tractor! La sombra de la encina, y en general el contacto con el medio ambiente, ofrece un lugar óptimo de reflexión para analizar nuestras aspiraciones y deseos, tal y como nos cuenta el poeta Seguir leyendo
Nicoló
Nicoló pensaba que era un pez.
Por eso vivía en un lago y
se movía como un pez.
Nadaba por aquí,
por allá y bailaba entre las algas.