Libros, canciones de Bon Jovi, gente andando de uno a otro lugar, conversaciones, ilusiones por el viaje que comienza... La terminal es un hervidero y cada cual hace aquello que más le ayuda a pasar el tiempo de espera hasta embarcar rumbo a Nueva York. Los protagonistas tienen ante sí unos días aparentemente envidiables, ¿quién, a su edad, no estaría emocionado ante la perspectiva de un viaje al otro lado del océano? Pero, ¿y si todo ha sido una estafa? ¿Y si hay un peligro acechante y nadie se ha dado cuenta? La presencia de un misterioso objeto abandonado sirve como mecha para encender una trama de misterio, bien urdida, que sondea en las mentes de los jóvenes personajes para desvelar, finalmente, una sorprendente confesión. Giros argumentales, tensión en las dosis adecuadas...; este pequeño relato tiene todos los ingredientes necesarios para disfrutar de un buen rato de lectura evasiva.
Libros, canciones de Bon Jovi, gente andando de uno a otro lugar, conversaciones, ilusiones por el viaje que comienza... La terminal es un hervidero y cada cual hace aquello que más le ayuda a pasar el tiempo de espera hasta embarcar rumbo a Nueva York. Los protagonistas tienen ante sí unos días aparentemente envidiables, ¿quién, a su edad, no estaría emocionado ante la perspectiva de un viaje al otro lado del océano? Pero, ¿y si todo ha sido una estafa? ¿Y si hay un peligro acechante y nadie se... Seguir leyendo
Extraños en un aeropuerto
Mireia lanzó el móvil en el capazo de playa y se tumbó
boca abajo. Clara también le había dicho que no. Aunque
no eran tan amigas, ella se había convertido en su última
esperanza para planear un viaje durante esas vacaciones.
Ya no tenía a quién acudir.
Sería su primer verano sola.
De no ser por la gente que la rodeaba, se hubiera des[1]ahogado llorando, pero ya habían llegado a la playa los
primeros turistas de la mañana.
Se dio un cabezazo contra la toalla.