El escritor francés Raymond Queneau ofreció en 1947 un sorprendente catálogo de estilos narrativos a partir de una misma anécdota. Madden aplica la divertida idea al terreno del cómic, poniendo de manifiesto el torrente de posibilidades estilísticas que ofrece este medio de expresión. El autor deja su ordenador y pregunta la hora a su compañera Jessica (un pequeño homenaje a su mujer, también creadora de cómics). Acto seguido abre el frigorífico y ya no recuerda lo que iba a hacer. Este simple pasaje es reinterpretado, variando su composición morfológica, sintáctica y estilística (pasándolo por el prisma de la línea clara, el manga, el underground norteamericano, homenajeando a autores, etc.), a lo largo de casi cien versiones diferentes. Un manual de referencia que debería estar en todas las bibliotecas personales y públicas para disfrute de los aficionados, y también de los neófitos, del noveno arte. La nueva versión, muy necesaria ante la dificultad para encontrar la versión de la desaparecida Sins Entido, incluye una introducción del especialista Álvaro Pons.

El escritor francés Raymond Queneau ofreció en 1947 un sorprendente catálogo de estilos narrativos a partir de una misma anécdota. Madden aplica la divertida idea al terreno del cómic, poniendo de manifiesto el torrente de posibilidades estilísticas que ofrece este medio de expresión. El autor deja su ordenador y pregunta la hora a su compañera Jessica (un pequeño homenaje a su mujer, también creadora de cómics). Acto seguido... Seguir leyendo