La lectura fluye en dos direcciones pero a partir de una misma historia, un desastre ecológico que tiene lugar en la confluencia de ambas, en el corazón del libro. Dos puntos de vista, ambos objetivos, como son las miradas infantiles. Dos escenarios, una isla, en armonía con la naturaleza, y un pueblo o ciudad de la costa, por cuyo muelle pasan cientos de buques mercantes a diario, no siempre guardando las necesarias medidas de seguridad. La visión cenital de todas las escenas permite al lector comprobar la magnitud del tráfico marítimo y la influencia que este ejerce en el ecosistema oceánico, trastornando los hábitos de una amplia variedad de especies amenazadas por la posibilidad de un accidente, como el que se narra en el corazón del texto. A través de la sensible y certera mirada con la que nos tiene acostumbrados en sus propuestas la genial artista japonesa, afincada en París, Yukiko Noritake; podemos abordar la trama desde cualquiera de las dos cubiertas, para llegar a unas mismas conclusiones, impactados por la belleza de las ilustraciones y el mensaje que subyace y nunca deberíamos olvidar. Un libro de grandes dimensiones con olor a salitre y a esperanza.

La lectura fluye en dos direcciones pero a partir de una misma historia, un desastre ecológico que tiene lugar en la confluencia de ambas, en el corazón del libro. Dos puntos de vista, ambos objetivos, como son las miradas infantiles. Dos escenarios, una isla, en armonía con la naturaleza, y un pueblo o ciudad de la costa, por cuyo muelle pasan cientos de buques mercantes a diario, no siempre guardando las necesarias medidas de seguridad. La visión cenital de todas las escenas permite al lector comprobar la magnitud del... Seguir leyendo