Los padres solo desean la felicidad de sus hijos, y cada uno trata de conseguirlo de la mejor manera posible. Los poéticos textos de Delforge, trufados de distintas referencias literarias, duplican su intensidad gracias a la colección de bellísimas láminas, algunas de las cuales están a la venta en galerías de arte de todo el mundo, que firma Quentin Greban. Un sentimental recorrido por diferentes culturas, etapas históricas y actitudes vitales que retratan con realismo diversas tipologías de paternidad y escenas en las que el amor entre el progenitor y sus pequeños alcanza plenitud. Un reencuentro tras la batalla, una llamada de teléfono en la cabina, una composición musical con una hija como inspiración, una jornada de trabajo en el campo en la mejor compañía, un viaje, una siesta, la herencia de toda una generación, los esbozos de esos primeros años de vida entre sus brazos... Cada ilustración es una auténtica obra de arte, algo que no sorprenderá a los fieles a este creador (recordemos el éxito de Te quiero, en esta editorial); con estilo para jugar en la misma liga que consagrados diseñadores como Rebecca Dautremer o Benjamin Lacombe (por los que él siente admiración); y cuyas acuarelas han sido elogiadas y seleccionadas repetidamente en eventos como la Feria del Libro Infantil de Bolonia. A pesar de su juventud posee ya una extensa carrera de más de cincuenta títulos traducidos a diversos idiomas.
Los padres solo desean la felicidad de sus hijos, y cada uno trata de conseguirlo de la mejor manera posible. Los poéticos textos de Delforge, trufados de distintas referencias literarias, duplican su intensidad gracias a la colección de bellísimas láminas, algunas de las cuales están a la venta en galerías de arte de todo el mundo, que firma Quentin Greban. Un sentimental recorrido por diferentes culturas, etapas históricas y actitudes vitales que retratan con realismo diversas tipologías de paternidad... Seguir leyendo
Papá
Cuando me dicen:
"Con ella tienes trabajo para 20 años", siempre me entran ganas de responder:
"¿Solo?"
"El genio es un 5% de inspiración y un 95% de transpiración", decía Beethoven.
A día de hoy la inspiración se aproxima a cero.