Los reportajes del médico, naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980); dejaron una huella indeleble en todos los niños, jóvenes y adultos durante los años setenta y ochenta del siglo XX; el trabajo de concienciación ecológica y de protección de los animales en peligro de extinción ha seguido dando sus frutos gracias a la fundación que lleva su nombre y a distintas entidades especializadas, como el Centro del Lobo Ibérico en la provincia de Zamora, a las que también se alude en estas aventuras que fusionan realidad y ficción. Prologado por la hija pequeña del célebre aventurero, el Jack London español, como fue apodado cariñosamente por muchos medios norteamericanos cuando se trasladó a esas tierras en la que sería su última expedición; la trama combina las aventuras de una pandilla, los Guardianes de la Fauna Ibérica (compuesta por Nia, un sistema de inteligencia artificial; los técnicos de sonido Chispa y Voltio, Eloísa -Elástica-; y Rubén -Zoom-; el cámara del equipo); con abundantes curiosidades, datos científicos y biológicos, descripción de hábitats en donde podemos encontrar a los animales protagonistas y apuntes biográficos que reivindican las acciones y la obra de este burgalés universal -todo ello supervisado por su hija Odile, que también firma el prólogo-. De su mano nos adentramos en el Espacio Natural de Sierra de la Culebra, para identificar la anatomía y comportamiento del lobo; en el Parque Nacional de Doñana (Andalucía), para conocer en primera persona al lince; en el Parque Natural de Somiedo (Asturias), para seguir los pasos del oso pardo; y, finalmente, en el Parque Natural del Barranco del Río Dulce (Guadalajara); para descubrir el ciclo vital de los zorros. Cada capítulo contiene además numerosas ilustraciones del artista plástico barcelonés Lluís Cadafalch y una amplia variedad de fotografías procedentes de los archivos familiares, del CENEAM, la Fundación Oso Pardo, el Centro de cría de El Acebuche y el Organismo Autónomo Parques Nacionales - MITECO. Siempre son bienvenidas y necesarias las propuestas que recuperen la labor iniciada por el "amigo Félix", especialmente en un momento en el que todos los especialistas coinciden en señalar la importancia de defender y proteger nuestro medio natural.

Los reportajes del médico, naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980); dejaron una huella indeleble en todos los niños, jóvenes y adultos durante los años setenta y ochenta del siglo XX; el trabajo de concienciación ecológica y de protección de los animales en peligro de extinción ha seguido dando sus frutos gracias a la fundación que lleva su nombre y a distintas entidades especializadas, como el Centro del Lobo Ibérico en la provincia de Zamora, a las... Seguir leyendo