Desde que era pequeño, el cineasta mexicano Guillermo del Toro ha mostrado especial fascinación por los monstruos. En sus propias palabras, es fruto de un pacto que forjó con ellos tras una crisis que vivió una noche, cuando se encontró con alguno frente a frente al levantarse al baño, así como del impacto que generó en él la lectura de novelas como Frankenstein o El moderno Prometeo, de Mary Shelley, cuando solo tenía nueve años. Lo cierto es que, desde entonces, forman parte indisoluble de su vida. Lo demuestran los garabatos que realizaba en los libros de texto, la creación de un club monográfico (en la habitación de casa y con él como único miembro); y, especialmente, sus conocidas y valoradas películas, aclamadas en todo el mundo, con las que ha rendido excelente tributo a su imaginario (Hellboy, uno de sus cómics de cabecera en la infancia; la criatura sobrenatural de la oscarizada La forma del agua, el ser mitológico al que conoce Ofelia en El laberinto del fauno...) Sol Ruiz construye la biografía del director y novelista desde aquellos años cruciales (esta colección indaga en la infancia de grandes mitos del séptimo arte); haciendo hincapié en la intrahistoria de algunos de sus hits, capaces de aunar el favor de la crítica y del público, desde el comienzo de su carrera hasta la actualidad. Las ilustraciones, a página completa, incluyen retratos de los seres queridos que más le influenciaron, pasajes de películas clave en su filmografía o pequeños guiños a obras literarias o personajes de la cultura popular que han cimentado esa creatividad. En las guardas, al final del relato, aparecen recogidas todos los films que ha rodado hasta la fecha. Indispensable para cinéfilos (como el resto de la serie)

Sol Ruiz también nos ha hablado con anterioridad de LOS VAMPIROS en CL

Desde que era pequeño, el cineasta mexicano Guillermo del Toro ha mostrado especial fascinación por los monstruos. En sus propias palabras, es fruto de un pacto que forjó con ellos tras una crisis que vivió una noche, cuando se encontró con alguno frente a frente al levantarse al baño, así como del impacto que generó en él la lectura de novelas como Frankenstein o El moderno Prometeo, de Mary Shelley, cuando solo tenía nueve años. Lo cierto es que, desde entonces,... Seguir leyendo