Un monstruo camina cabizbajo por las calles del barrio. A su paso cruzan otros peatones, algunos amigos, que se interesan por su errático paseo. Pero el protagonista es incapaz de valorar los esfuerzos, al igual que la variedad de escenarios y sugerencias que brotan a su alrededor. Pero un hecho tan desagradable como inesperado, (seguro que te ha pasado alguna vez); sirve para avivar los sentidos del enigmático personaje, advirtiendo por fin el enorme catálogo de posibilidades que se abren en cada esquina. Inspirado en la reconocible zona urbana en la que vive la autora, Lavapiés -aparecen, por ejemplo, el cine Doré y otros edificios singulares y característicos de esas calles de Madrid-; el relato pone en valor la diversidad que poseen sus rúas y la necesidad de disfrutar cada momento de vida y compartirlo con las personas (o bichos de colores) que más apreciamos. Con divertidas referencias culturales, por ejemplo a grupos musicales, y enriquecido con el lenguaje del cómic (bocadillos, líneas cinéticas...); Olga de Dios ofrece un interesante ejercicio que iluminará, seguro, a muchos lectores con una sonrisa en los labios.

Un monstruo camina cabizbajo por las calles del barrio. A su paso cruzan otros peatones, algunos amigos, que se interesan por su errático paseo. Pero el protagonista es incapaz de valorar los esfuerzos, al igual que la variedad de escenarios y sugerencias que brotan a su alrededor. Pero un hecho tan desagradable como inesperado, (seguro que te ha pasado alguna vez); sirve para avivar los sentidos del enigmático personaje, advirtiendo por fin el enorme catálogo de posibilidades que se abren en cada esquina. Inspirado en la reconocible... Seguir leyendo