El jugador de frontón
Es curioso, siempre que se me acumulan las dudas, dudas provocadas por la complejidad de las cosas, me viene a la memoria la noche en que mis padres me llevaron a vivir con Berna, los meses que pasé con él, el verano en la aldea. Son los mecanismos de mi cerebro, como si la mente, angustiada por la época que estoy atravesando, necesitara refugiarse en los tiempos de la infancia y rememorar aquel verano que marcó mi vida igual que una erupción de lava deja su huella indeleble sobre la tierra.