Raisha perdió la libertad de su poblado africano. En el barco negrero La aventura de Dios fue llevada a las Antillas y vendida como esclava, pero sus ansias de vida y libertad no pudieron ser encadenadas. Allí nació Ángela, nombre impuesto por sus amos.
Un buen texto que nos muestra la dramática situación de los esclavos africanos en América. La profunda humanidad del relato va más allá del hecho histórico. Raisha perdió la libertad de su poblado africano. En el barco negrero La aventura de Dios fue llevada a las Antillas y vendida como esclava, pero sus ansias de vida y libertad no pudieron ser encadenadas. Allí nació Ángela, nombre impuesto por sus amos.
Un buen texto que nos muestra la dramática situación de los esclavos africanos en América. La profunda humanidad del relato va más allá del hecho histórico.

No me llamo Angélica

Ya avanzado el verano, el rey Agaja envió a diez de sus quinientas mujeres soldados. Bajaron por el río en una canoa de guerra. Vestían túnicas doradas, abrochadas con cuentas de piedra de luna y anillos de plata, pero cada una de ellas llevaba un cuchillo.
Yo estaba junto a mi padre en el recodo del río, sujetando la mano de mi hermana. Yo tenía dieciséis años y era alta para mi edad, pero me sentí como un niño al lado de esas mujeres gigantes cuando se dirigían al árbol de ceiba donde esperaba Konge. Parecían diez gigantescas estatuas dotadas de vida.