Evocación de veranos adolescentes en Burdeos. Ya de adulto, David recuerda las vacaciones en Francia con su padre y Charlotte, la irritación que le producía no encontrar chicos de su edad y el encuentro con Julien, su amigo. Un verano que transcurre entre salas de juego y angustia por el acoso de los empleados de una inmobiliaria que pretenden desalojar de su casa a Julien y a su madre. Una historia de gran fuerza evocadora con un texto muy rico, descriptivo y gráfico.
Evocación de veranos adolescentes en Burdeos. Ya de adulto, David recuerda las vacaciones en Francia con su padre y Charlotte, la irritación que le producía no encontrar chicos de su edad y el encuentro con Julien, su amigo. Un verano que transcurre entre salas de juego y angustia por el acoso de los empleados de una inmobiliaria que pretenden desalojar de su casa a Julien y a su madre. Una historia de gran fuerza evocadora con un texto muy rico, descriptivo y gráfico.
El verano francés
Hoy hace un año que murió mi padre. Debo confesar que en los últimos tiempos nos habíamos visto muy poco. Él vivía en Francia y yo estaba en Madrid, terminando la carrera de Derecho. Una o dos veces al mes recibía alguna carta suya, alguna postal, y de cuando en cuando nos hablábamos por teléfono. A mi padre le fascinaba ese invento maravilloso capaz de transportarle a uno, en pocos segundos, hasta el corazón de la persona amada. Fatalmente, sus llamadas no solían ser muy oportunas.