La isla de Nuncameolvides
Cuando tenía siete años, Fabio estuvo a punto de morir de unas fiebres.
Entonces, los médicos iban a las casas para atender a los enfermos, despedir a los moribundos o recibir a los recién nacidos.
De eso hace mucho tiempo.
Nadie, ni siquiera el médico, pensó que Fabio sobreviviría.
Mientras deliraba, bañado en sudor y agotado por la fiebre, Fabio repetía una frase que a todos les resultaba incomprensible:
-Quiero ver el mar.