Libro de una gran escritora portuguesa, aún insuficientemente conocida en España. Escrito con lenguaje de tono poético, sin exceso de artificios, presenta tres historias diferentes, en trama y extensión. Por un lado, un cuento fantástico de hadas buenas y malas, que ensalza valores como la amistad y la solidaridad y fomenta la protección de la naturaleza. Por otro, dos leyendas breves de origen japonés: una sobre un árbol inmenso que oscurece con su sombra la mitad de la isla que lo alberga; la otra, sobre un espejo, herencia de una madre para que su hija nunca la olvide. Las ilustraciones reflejan, desde su sencillez, la esencia y el tono mágico de los relatos, y están firmadas por una artista canadiense que, aunque nació en Quebec, lleva desarrollando su carrera en nuestro país vecino desde 1984.
Libro de una gran escritora portuguesa, aún insuficientemente conocida en España. Escrito con lenguaje de tono poético, sin exceso de artificios, presenta tres historias diferentes, en trama y extensión. Por un lado, un cuento fantástico de hadas buenas y malas, que ensalza valores como la amistad y la solidaridad y fomenta la protección de la naturaleza. Por otro, dos leyendas breves de origen japonés: una sobre un árbol inmenso que oscurece con su sombra la mitad de la isla que lo alberga; la otra, sobre un espejo, herencia de... Seguir leyendo
El hada Oriana. El árbol. El espejo
Existen dos clases de hadas: las hadas buenas y las hadas malas. Las hadas buenas hacen cosas buenas y las hadas malas hacen cosas malas.
Las hadas buenas riegan las flores con rocío, encienden la lumbre de los viejos, sujetan a los niños por la ropa para que no se caigan al río, encantan los jardines, bailan en el aire, inventan sueños y por la noche depositan monedas de oro en los zapatos de los pobres.