Estas tres historias iraníes nos traen el sabor de Oriente, son cuentos que hablan de lugares lejanos, hechizos, animales codiciosos, señores malvados y bellas princesas. Tres ilustradores distintos para cada cuento, ilustraciones atrevidas, en las que el colorido es un elemento fundamental para reproducir las vestimentas y la naturaleza. La expresividad de los rostros hace eco de lo narrado, hasta los títeres poseen expresión. Tres cuentos ideales para ser contados, leídos en voz alta, y así poder comentarlos. Estas tres historias iraníes nos traen el sabor de Oriente, son cuentos que hablan de lugares lejanos, hechizos, animales codiciosos, señores malvados y bellas princesas. Tres ilustradores distintos para cada cuento, ilustraciones atrevidas, en las que el colorido es un elemento fundamental para reproducir las vestimentas y la naturaleza. La expresividad de los rostros hace eco de lo narrado, hasta los títeres poseen expresión. Tres cuentos ideales para ser contados, leídos en voz alta, y así poder comentarlos.

Historias mágicas de Oriente. Cuentos de Irán

El Caballero Pendenciero era el señor del país de la Noche, una tierra hermosa y alegre, como muchas otras. Pero el caballero no era como los demás: era rudo, frío y silencioso. Sólo sabía odiar. Shahrzad era la princesa del País de los Cuentos, un lugar donde se contaban miles de historias sorprendentes e inolvidables. Shahrzad era una princesa viajera. Recorría el mundo llevando alegría y bondad a todos los lugares que visitaba. La princesa no sabía odiar.