El círculo de fuego
Se llama Jarrod Thornton. Su cabello es de un rubio rojizo y le cae sobre los hombros; tiene la piel fresca y sana y unos ojos de un verde intenso, como esmeraldas. Pero no son ellos los responsables de que no pueda quitarle la vista de encima. Hay algo más, algo casi perturbador, y ese "algo" es lo que me tiene cautivada. Está incómodo. Se encuentra de pie, ante una clase de veintisiete quinceañeros, sin saber qué hacer con las manos o adónde mirar con esos ojos tan particulares, mientras su mirada recorre la pared del fondo del laboratorio con nerviosismo.