Isha, nacida del corazón
–Mamá, yo quiero ser blanca como tú.
–Pero Isha, ¿qué me dices?
–Que quiero tener la piel como tú, quiero ser blanca.
–¡Anda ya! Si ahora te descoloras, me muero.
–No te rías, mamá; eso se puede hacer... Michael Jackson...
–No digas tonterías, tesoro. ¡Pero si eres preciosa! Tienes bonita la piel y el alma.
Isha vuelve a ser un pájaro azul perdido en el aire, y Sara intenta convencerla del privilegio que supone tener esa deliciosa piel canela propia de las gentes que nacen en los mágicos territorios hindúes.
–¿No te das cuenta, corazón mío, de que en la playa todo el mundo se tumba al sol, sufriendo y sudando, para que se le oscurezca la piel?