Impaciente y furioso, el cerdo protagonista de esta historia nos exige a cada página que lo dejemos solo para que pueda escribir su libro. En su taller abarrotado de palabras intenta crear esta obra sin tenernos delante, algo que no logra y que acaba obligándole a convertirnos a los lectores en protagonistas. Las detallistas ilustraciones, cercanas al cómic, nos harán disfrutar de este divertido álbum que, lejos de cerrar, mantendremos abierto bajo los gritos indignados de su pobre autor desesperado.Impaciente y furioso, el cerdo protagonista de esta historia nos exige a cada página que lo dejemos solo para que pueda escribir su libro. En su taller abarrotado de palabras intenta crear esta obra sin tenernos delante, algo que no logra y que acaba obligándole a convertirnos a los lectores en protagonistas. Las detallistas ilustraciones, cercanas al cómic, nos harán disfrutar de este divertido álbum que, lejos de cerrar, mantendremos abierto bajo los gritos indignados de su pobre autor desesperado.
¡No abras este libro!
Vamos a ver, ¿quién te has creído que eres abriendo este libro cuando la cubierta dice claramente no abras este libro? Si en la puerta ves un cartel que dice NO ENTRAR, ¿tú entras? Pues claro que no, lo menos que podrías hacer es ¡llamar primero!. El motivo por el que no debías abrir este libro es porque todavía no está escrito. Mira esta página en blanco. Mira este revoltijo de palabras.