Miguel juega al fútbol
Cada domingo, después de comer, Miguel, papá y mamá dan un paseo. Cuando hace buen tiempo y pasan junto a la pradera que hay detrás de casa de la abuela, papá siempre le pregunta:
-Qué, Miguel, ¿te apetece?
-¡Sí! -exclama Miguel.
Papá saca el balón de la mochila, le da el silbato a mamá, y le dice:
-¿Tú serás la árbitra?
Mamá extiende su gran pañuelo sobre el tronco de un árbol y se sienta encima. En la pradera hay dos porterías. Papá y Miguel las construyeron ellos mismos con ramas de abedul en primavera.