Severo Blanco es el contramaestre cubano de una goleta y no tiene una opinión favorable hacia las personas de diferente color, los «negros», como despectivamente los llama. Cuando un viejo capitán ebrio le habla de los secretos de Sóngoro Cosongo, país privilegiado de África, se le abren los ojos de codicia, por lo que decide viajar hacia allí para traficar con esclavos, el gran negocio de principios del siglo XIX. De Cosongo trae fuertes y lozanos esclavos, gracias a los cuales se hace rico en su ingenio «Fortuna». Pero su hija, Alma, crece junto a Leonel, nieto del líder brujo Taita Osongo, de quien se enamora. Osongo les ayudará a enfrentarse al tirano esclavista.
Severo Blanco es el contramaestre cubano de una goleta y no tiene una opinión favorable hacia las personas de diferente color, los «negros», como despectivamente los llama. Cuando un viejo capitán ebrio le habla de los secretos de Sóngoro Cosongo, país privilegiado de África, se le abren los ojos de codicia, por lo que decide viajar hacia allí para traficar con esclavos, el gran negocio de principios del siglo XIX. De Cosongo trae fuertes y lozanos esclavos, gracias a los cuales se hace rico en su ingenio «Fortuna». Pero... Seguir leyendo
La leyenda de Taita Osongo
–Nunca voy a entender a los negros– gruñó Severo Blanco al despertarse aquella mañana. Estaba tendido en su hamaca, en el angosto camarote que le correspondía como contramaestre de goleta. El camarote ni siquiera tenía una claraboya a través de la cual echar un vistazo fuera. Pero junto con el olor a pescado podrido que dejaban pasar las rendijas se filtraba la desafinada melodía de la vida portuaria: el crujir de los cordajes, los chillidos de las gaviotas, las risotadas de un marinero borracho...