Estupendo relato realista en el que se narra de un modo ágil y ameno no tanto las andanzas vacacionales de una familia argentina sino, sobre todo, el proceso de adaptación de sus miembros a un entorno y una vida completamente diferente a la que hasta ahora habían tenido. Al mismo tiempo, se presenta con una delicada naturalidad y una respetuosa sensibilidad, la espontánea superación del aislamiento emocional de Marina, una niña rebosante de emociones, ideas e inquietudes, que sufre en silencio a causa de su paralizante timidez. Estupendo relato realista en el que se narra de un modo ágil y ameno no tanto las andanzas vacacionales de una familia argentina sino, sobre todo, el proceso de adaptación de sus miembros a un entorno y una vida completamente diferente a la que hasta ahora habían tenido. Al mismo tiempo, se presenta con una delicada naturalidad y una respetuosa sensibilidad, la espontánea superación del aislamiento emocional de Marina, una niña rebosante de emociones, ideas e inquietudes, que sufre en silencio a causa de su paralizante timidez.

El no de Marina

Marina era una chica muy tímida, y la cuarta de siete hermanos. A ella le parecía que en su casa todavía no habían descubierto para qué servía. Desde que tenía memoria, su mamá decía cosas sobre sus hermanos: «Juan es muy buen estudiante»; «Manuel es fuerte»; «Victoria es la que más me ayuda»; «los mellizos me sacan canas verdes»; «Carlos lo único que sabe hacer es comer, dormir y llorar»... Pero de ella, su mamá nunca decía nada.
Y Marina estaba siempre atenta para ver si alguien descubría su utilidad; pero, hasta el momento no lo había hecho nadie.