El sueño de Pipa
Pipa nunca se iba a dormir sin sus calcetines favoritos, de rayas amarillas y negras, porque le ayudaban a recordar los sueños. Al día siguiente, lo que había soñado la acompañaba toda la mañana: desde que se despertaba hasta la hora de comer, más o menos. Una noche disfrutó soñando que caía muy lenta, lenta, lentamente... y al días siguiente se pasó toda la mañana cayendo muy despacio. No aterrizó hasta que era casi la hora de comer.